Por si no pudiste ir: Vuelta escultura: crónica y fotos

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Parada 1 Busto a Rosa Chacel -Jardines del Campo Grande -Autor: Francisco Barón 1988 (Piedra) _3070211.jpgCuando hablamos de Rosa Chacel a todas nos viene a la mente la maravillosa escultura que la representa sentada en la plaza del Poniente. Sin embargo, casi escondido en los jardines del Campo Grande, existe además un busto que es el único de mujer en esta zona, pues está rodeado de los dedicados a Miguel Iscar (Vicente Carretero, 1907), Núñez de Arce (Barral, 1932) y Leopoldo Cano (“Cheche”, 1936). Realizado en bronce, se eleva sobre un sobrio pedestal de granito. Es una obra clásica, de tamaño natural y realista, reflejando con fidelidad los rasgos de la escritora en su vejez. Su autor es Francisco Barón (Madrid, 1931), un escultor de fama internacional que en 1988 recibió del Ayuntamiento el encargo de realizar este homenaje a la escritora. En cuanto a la propia Rosa Chacel, hay que recordar que nació en Valladolid en 1898, aunque vivió gran parte de su vida en Madrid, donde fallece en 1994. Su familia era de talante liberal, lo que le permitió crecer en un ambiente en el que desarrolló una personalidad independiente, amplia cultura literaria (no hay que olvidar que era sobrina nieta de Zorrilla) y una autonomía de pensamiento poco frecuentes en una niña de la época. Además fue educada en casa por su propia madre, que era maestra, debido a su precaria salud.2 Parada 2: Monumento homenaje a la mujer contemporánea: ·danzando para la luna· -Avenida de Segovia -Autora: Ana Hernando 1999 (Bronce y acero) _3070248.jpgEsta estatua, de pequeño tamaño y una gran desconocida, “viene a ser la mujer por esencia que en serena danza apenas iniciada gestualiza la influencia primordial de la luna, entendida aquí como fuente de intuición y sensualidad sobre el cuerpo y el alma femeninos. Destaca en la figura su movimiento contenido pero progresivo, de menos a más, subrayado por las finas espirales que recorren su superficie”. Así describe la obra el profesor José Luís Cano de Gardoqui. La autora es la escultora y pintora Ana Hernando, nacida en Madrid en 1969. Su obra se caracteriza porque no pinta caras ni esculpe detalles faciales (como ocurre en este caso). Así, en sus figuras no hay ojos, ni bocas, ni narices. Son formas simples, genéricas, redondas, esféricas, basadas en la anatomía humana que podrían representar a cualquiera de nosotras. Pero con esa simplicidad, Ana Hernando es capaz de expresar extraordinariamente gestos y sentimientos. Parada 3: María Pía -Plaza de San Juan -Autora: Ana María García Cavero 1998 (Bronce) _3070281.jpgHace algo más de 20 años, la escultora Ana Ma García Cavero talló en madera de enebro una talla de tamaño natural, un retrato fiel de su sobrina, que fue expuesto en Valladolid en 1996. Dos años después se le encargó realizar una réplica en bronce de la misma, siendo ubicada en la plaza de San Juan. La obra representa efectivamente a una niña, dispuesta en un ligero contraposto (es decir, presenta una pierna estirada y la otra, que es la que recoge el peso, algo retrasada y doblada). Está realizada en bronce y se dispone sobre un pedestal de piedra. Podría interpretarse como un símbolo genérico de la infancia, más que como un retrato de una niña en concreto. Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento y pleno, anegando los aires, verde deslumbramiento, hasta volvernos verde la mirada. Nombras el cielo, niña. Y el cielo azul, la nube blanca, la luz de la mañana, se meten en el pecho hasta volverlo cielo y transparencia. Parada 4 Altorrelieve de la aguadora de la Fuente Dorada -Plaza de Fuente Dorada -Autor: Fernando González Poncio 1997 (Bronce y piedra) _3070302.jpgEl origen de la plaza de la Fuente Dorada se remonta al siglo XIII, cuando la actividad comercial de Valladolid se traslada desde la entonces denominada plazuela de Santa María (hoy de la Universidad) hasta este espacio, que se convertirá en el principal centro de actividad mercantil. Es en torno a 1616 cuando se construye en la plaza la primera fuente, obra de Diego de Praves, trayéndose el agua para abastecerla desde la zona de Argales. Según parece se remataba con una bola de bronce dorada, y de ahí derivaría el nombre de la plaza, que en principio se denominaba plaza de la Gallinera Vieja. A lo largo de los siglos este remate desapareció y el diseño general fue sufriendo diversos cambios. La última reforma de la plaza, en 1997, supuso también una renovación de la fuente dándole su aspecto actual. La obra fue encargada al arquitecto y escultor vallisoletano Fernando González Poncio. El autor reinterpreta la primitiva Fuente Dorada, dándole el aspecto de una fuente-escultura que al parecer es muy semejante a la del siglo XVII. Sobre todo por el hecho de volver a colocar en el remate la gran bola dorada. El vaso es de forma ochavada y los frentes principales del pilar central se adornan con alegorías de los principales oficios gremiales que desde el siglo XIII tenían su asiento en el entorno de la plaza. En el lado Norte aparece la figura de una aguadora (con una figura infantil a sus pies) que mira hacia San Benito, donde finalizaba el “Viaje de aguas de Argales”. Las dos esculturas, de tamaño algo menor que el natural, están talladas en granito azul y se apoyan sobre un pedestal adosado al pilar central. El oficio de aguadora fue muy popular en épocas en que no estaba generalizado el suministro de agua corriente y consistía en la recogida de agua potable para el uso doméstico o para la venta. El agua era generalmente almacenada en tinajas y transportada sobre la cabeza o sujetándola bajo el brazo. El oficio podía ser desempeñado tanto por hombres como por mujeres….unos cuatro siglos más tarde, a función de la aguadora nos parece obsoleta e innecesaria, pero eso es aquí. En multitud de países en vías de desarrollo, especialmente en Asia y África, son las mujeres las que siguen siendo las encargadas de este cometido, al que no se puede llamar oficio. Millones de mujeres y niñas gastan a diario una media de 3 horas para recoger el líquido que es vida y abastecer y mantener a sus comunidades. Por supuesto, en la mayoría de casos ni siquiera pueden participar en la decisión de la gestión del agua. Este esfuerzo por sacar adelante multitud de comunidades, hace que las niñas, y niños que también van, dejen de ir a la escuela porque ese tiempo tienen que hacer de aguadoras; hace que las mujeres dejen de lado vida personal y laboral, caminando día tras día distancias de varios kilómetros con vasijas y bidones cargados de agua al pozo más cercano, arriesgando además su integridad sexual, a veces para poder obtener el mismo agua, a veces porque alguien aprovecha esa ruta diaria de mujeres solas. Sirva esta escultura como homenaje a todas esas aguadoras de antes y de ahora, aquí y en otros lugares, porque sin agua no hay vida, y sin mujeres tampoco, sirvan también estas palabras para tomar conciencia y visibilizar a todas ellas, no para agradecerles su labor, si no para ver cómo cambiar la situación. La Aguadora (Romance) Para que el agua no falte a todo el que tenga sed ni se ahogue en la abundancia el que no sepa beber, soy agua y sed de justicia: humana soy y mujer. Soy la sed que trae el agua y el agua que da más sed. Para 5. Sirenas -Plaza de Martí y Monsó -Autora: Concha Gay 1996 (Bronce) _3070340.jpgEn el año 1996, aprovechando la remodelación esta plaza, se dispuso en ella una fuente, de rígida geometría, diseñada por María Escribano Decorando la fuente, se disponen tres figuras de sirenas, vaciadas en bronce y de tamaño ligeramente mayor al natural. Descansan sentadas, en actitud contemplativa, al borde de su elemento natural: el agua. Sus formas son suaves y fluidas. Y destacan porque no portan los atributos que normalmente las acompañan, lo que las convierte en la mayoría de las representaciones en mujeres-pájaro o mujeres-peces. En cuanto a la escultora, Concha Gay, nació en Olmedo; y estudió en Valladolid en la Escuela de Artes Aplicadas y Diseño. Trabaja todo tipo de materiales: madera, hiero, bronce, o poliéster. Para su escultura pública reserva los más tradicionales, dejando la experimentación para obras de interior. En cuanto a su iconografía, también es variada, recurriendo en ocasiones a la figura humana y otras a la más pura abstracción. Por si queréis más Aquí van algunas otras esculturas que no visitamos en esta ruta, pero podéis hacerlo por vuestra cuenta y disfrutar de la ciudad: – Fuente de la Fama (Campo Grande). – Esculturas de dos jóvenes tocando el laúd y el arpa (Campo Grande). – Cándida (Plaza Ribera de Castilla). – Homenaje a Rosa Chacel (Plaza del Poniente). – Alegorías de las estaciones (Pasaje Gutiérrez). – Esculturas alegóricas de la fachada de la Universidad de Valladolid: la Retórica, la Geometría, la Teología, la Medicina, la Historia, la Ciencia Canónica, la Ciencia Legalis, la Astrología y la Filosofía. – Niña leyendo (Plaza de las Batallas). ¿Quién nos ha ayudado a elaborar esta información? – “La escultura pública en Valladolid: en busca de Neptuno (I)”, Valladolid, la mirada curiosa, Jesús Anta, 14 de marzo de 2014. https://jesusantaroca.wordpress.com/2014/03/14/la-escultura- publica-en-valladolid-en-busca-de-neptuno-i/ – “Entrevista con la escultora y pintora madrileña Ana Hernando”, http://anahernando.com/wp-content/uploads/2014/10/Revista- Car%C3%A1cter.pdf – Web de la escultora Ana Hernando: http://anahernando.com/ – “Las Fuente(s) Dorada(s). Historia de una palaza y sus fuentes”, Arte en Valladolid, 17 de marzo de 2012. (http://artevalladolid.blogspot.com.es/2012/03/las-fuentes- doradas-historia-de-una.html) – Blog de Concha Gay: http://conchagay.blogspot.com.es/ – José Luis Cano de Gardoqui, La escultura pública en Valladolid, Valladolid: Universidad de Valladolid.